La secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, ha explicado en rueda de prensa los pormenores de las denuncias recibidas en torno a la posible entrada de bebidas alcoholicas y abusos sexuales contra algunas presas en la cárcel para mujeres de Alcalá Meco. Asimismo, ha adelantado que las medidas contra los funcionarios y los altos responsables del centro serán contundentes en caso de confirmarse su culpabilidad.
Gallizo ha remarcado que la primera denuncia por irregularidades en el comportamiento de algunos funcionarios se recibió en enero y en ella se hacía referencia a la introducción y el consumo de alcohol en el centro.
Según la secretaria general de este organismo, su departamento tuvo conocimiento de las irregularidades, que definió como "comportamientos inaceptables", a finales de 2009 y que fue a principios de enero cuando una funcionaria informó de la introducción de alcohol, de modo que se abrió una investigación para conocer lo ocurrido, la cual derivó en la apertura de un expediente disciplinario a un funcionario.
A principios de abril se conoció el escrito presentado por otra funcionaria acerca de otra supuesta irregularidad: al parecer un guardia entró en la celda de unas reclusas durante la noche, un hecho que, para Gallizo, ya es "extremadamente grave", independientemente de lo que allí ocurriera.
Debido a que el funcionario permaneció "un tiempo" en la celda, la investigación que se organizó al conocerse la denuncia no descarta "nada", incluidos las relaciones sexuales. Las dos presas implicadas han sido trasladadas de centro penitenciario, aunque Gallizo no ha desvelado donde están ahora.
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